El mayor reto de la humanidad

“Nuestro planeta se va a la mierda”. Esta es la conclusión a la que nuestro equipo llega tras pasar una tarde en la conferencia Change the Change de San Sebastián. A las nuevas generaciones de hoy se nos encomienda con la terrible tarea de literalmente evitar el fin del mundo. Pero, ¿estamos a tiempo de evitar el desastre?

Medio Ambiente. Patricia Gimeno. Leer+

España, al igual que otros Estados miembros de las Naciones Unidas, adoptó en 2015 la Agenda 2030 para abordar el cambio climático y el desarrollo sostenible. Esta Agenda es un plan de acción para proteger el planeta, una invitación para todos los demás países con el fin de que todos trabajemos por un bien común; intentar salvar el planeta que nos da vida y asegurar un futuro para nuestros hijos y nietos. Sin embargo, tal y como indica un reciente estudio de la ONU no se están llegando a las metas propuestas, de hecho, desde el primer informe que se realizó en 1997 y ahora, solo ha habido una mejora en algunos puntos concretos.

La producción y el consumo insostenible siguen estando a la orden del día, al igual que otros factores como la contaminación del aire, que provoca entre 6 y 7 millones de muertes prematuras al año, y el incesante vertido de plásticos en océanos y mares. No se trata de un tema abstracto, los efectos de nuestras terribles decisiones ya no solo afectan a otras especies, sino que están poniendo en riesgo nuestro futuro.

Si ignoramos esto nos enfrentamos a la pérdida de ecosistemas, y desde un punto más personal ponemos en riesgo la vida de nuestros hijos y nietos. Sería terrible un mundo donde pasear por un bosque se convirtiese en una mero recuerdo de tiempos pasados. Sin embargo, esto no está tan alejado de la realidad como pensamos. Todos tenemos que formar parte de la solución y tener claro qué pautas seguir. El 70% de la población española vive en costas, por lo que la subida del nivel del mar que se producirá con el deshielo de los polos resultará devastadora para más de la mitad de nuestros habitantes, inundando nuestras preciosas playas.

La pasada conferencia del 7 de marzo sobre la educación, que formaba parte del congreso “Change the Change”, arrojó un poco de luz sobre las razones que nos han llevado a nuestra situación actual. Tal como mencionaba Manuel Pulgar-Vidal, ex ministro de medio ambiente de Perú y actual líder de Clima y Energía de WWF Internacional, “los que causamos el problema somos nosotros y el clima nos responde.

La contaminación del aire provoca entre 6 y 7 millones de muertes prematuras al año

Las altas temperaturas producidas por el calentamiento global van a provocar que en 2050 4.000 millones de personas vivan en tierras desertificadas, donde la escasez de agua potable será la preocupación de todos. Nos encontraremos en una situación donde conseguir suficiente agua potable para toda la familia será considerado un privilegio solo posible para aquellas personas adineradas, y ducharse un sueño.

Las medidas drásticas recogidas en los Acuerdos de París deben empezar a implantarse de manera urgente. Muchos de los países involucrados en este acuerdo siguen sin tomar las acciones necesarias. De hecho, tal como indica un informe realizado por 250 científicos y expertos de 70 países, esta incapacidad existente en los gobiernos para tomar el rumbo hacia un modelo más sostenible está teniendo repercusiones masivamente negativas y posiblemente irreversibles en los ecosistemas y en la salud humana. Si nos centramos en los datos recientemente recogidos, la temperatura media de la tierra ha sufrido un aumento de 0,5º C, registrándose en la última década 8 de los 10 años más cálidos nunca vistos.

Nuestro país es uno de los más vulnerables al cambio climático. España se expone a tener olas de calor más frecuentes y más intensas y episodios de sequía y lluvias torrenciales, todo ello afectando a la producción y a la economía.

Las consecuencias que se producirán debido a este grave problema se pueden mitigar y podemos intentar adaptarnos, pero la ciencia ya nos indica que el cambio climático es un hecho real e irreversible. La única solución que nos queda es intentar limitar y apaciguar sus consecuencias.

No conocemos los límites de la naturaleza y nos excedemos cada año en lo que el planeta nos puede dar.” De acuerdo con esto, Daniel Innerarity, catedrático de filosofía política y social, investigador IKERBASQUE en la Universidad del País Vasco y director del Instituto de Gobernanza Democrática nos indicó que: “nuestra sociedad está consumiendo el futuro de una manera irresponsable e insostenible. El presente lo invade todo. Hemos convertido, como sociedad, el futuro el basurero del presente.”

Parece que la sociedad de hoy en día ha dejado de pensar sobre las generaciones futuras, cuando ellas son las que más se van a tener que enfrentar al problema. Vivimos en una burbuja donde solo el 0,01% de la información que recibimos a través de las noticias se refiere a este tema. Por ello, una de las transformaciones esenciales que han de realizarse es en la educación. Según Manuel Pulgar-Vidal: “Hay que hacer llegar a la gente la magnitud del problema y sus efectos colaterales. No tiene sentido que consumir de manera excesiva e innecesaria se haya vuelto lo normal e incluso se promueva.”

Estamos todos obligados a adaptarnos a los nuevos cambios. El futuro se basa en concienciar a las nuevas generaciones, teniendo en cuenta que el cambio climático no solo impacta a la naturaleza como muchos creen, también afecta a nuestra salud y a nuestro bolsillo.

Cada uno tiene un papel que jugar, no se trata de esperar que una solución maravillosa caiga del cielo mágicamente cuando la transformación real se encuentra dentro de nosotros. Tenemos que trabajar todos por un bien común y empezar a reclamar a las instituciones públicas que adopten las medidas ya firmadas en el Acuerdo de París.