Leonardo da Vinci, un genio del Renacimiento visita San Sebastián

Tras preguntar a varias personas en la cola, la mayoría coincide en que el factor decisivo para darle una oportunidad a esta exposición ha sido su parte exterior. Esta cuenta con 4 esculturas a tamaño real de descubrimientos o inventos de nuestro protagonista: la máquina voladora, el tornillo aéreo, el barco de palas y para acabar el Hombre del Renacimiento. Todas contienen una foto del boceto de Leonardo da Vinci, una pequeña explicación y un código QR por si estás interesado en seguir conociendo sus secretos.

Para adentrarnos más en la exposición decidimos entrar, y tras esperar una pequeña cola, finalmente entramos. Una vez dentro nos llevaron a una sala aparentemente pequeña, con una gran pantalla en la cual proyectaron un vídeo. ¿Sabías que tu cerebro puede aprender 7 cosas por segundo?¿sabes por qué la gente bosteza? Pues nosotras tampoco lo sabíamos, pero esa era la finalidad del vídeo: hacernos reflexionar de la misma manera que Leonardo lo hacía, cuestionando todo. Gracias a los chocantes datos que nunca habíamos escuchado, el vídeo fue muy interesante, y realmente cumplió su función.

Al acabar el video todo comenzó a ir a peor. La pantalla subió y dejó al descubierto una amplia habitación con distintos juegos. Los juegos parecían interesantes, ya que te hacían pensar para desenmarañar distintos acertijos; sin embargo, no fueron muy emocionantes, porque la mayoría eran muy sencillos.

El primer juego constaba de unos sensores con los que se controlaba un recorrido de una pelota: para que el objeto fuese de un lado a otro, debíamos combinar distinta fuerza sobre los sensores.

Fue una actividad muy novedosa para la población de la tercera edad, siendo más común entre el público joven, debido a que el conocimiento del susodicho grupo de personas en cuanto a tecnología es mayor. En el segundo juego se presentó una gran lista de objetos, de los cuales todos se encontraban agrupados en grupos de 3 siguiendo distintos criterios. Esta actividad sí hizo pensar más a la gente, ya que no eran obvias las respuestas. A continuación, el siguiente pasatiempo consistía en observar una imagen durante 30 segundos. Al finalizar el tiempo, se requerían respuestas a unas preguntas tipo test; preguntas muy complejas y concretas. Aún habiendo intentado fijarse en todos los detalles, las respuestas fueron muy difíciles de acertar. Para finalizar realizamos un juego sobre engranajes, bastante sencillo de adivinar, y apenas tuvimos que reflexionar.

¿Qué nos pareció la exposición?, ¿la recomendamos? La exposición tuvo sus partes positivas y desfavorables; no resultó ser la mejor pero tampoco muy tediosa. No obstante, no cumplió con su objetivo, que era enseñarnos sobre Leonardo da Vinci, porque su nombre apenas se mencionó durante la visita y salimos sabiendo lo mismo que cuando entramos. No hubo tiempo para realizar uno de los últimos juegos, y tampoco para que nos resolvieran las dudas que pudieron surgir. Esta falta de organización pareció ser corriente, por lo que, desde nuestra perspectiva, la parte interior no pensamos que fuese una buena exposición. No es comparable con su video del inicio, de una calidad óptima, y menos con sus fantásticos exteriores. Por ello, recomendaríamos estructurar mejor la visita.