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Cuando entras en un personaje, estás creando una vida

28/10/21, San Sebastián. El frío matutino recorre nuestro cuerpo mientras organizamos todo el equipo, pensando en los planos o cómo conseguir una mejor calidad, mientras nuestro esperado entrevistado se prepara. Hablamos de Kiko Jauregi, co-fundador de la agencia de casting y figuración Binahi en Donostia. Aguardamos expectantes su llegada y, tras presentarnos, la entrevista comienza sin más preámbulos.

Cultura. Iria Lezama, Claudia Martín. Leer+

CLAUDIA.- Vamos a empezar realizándole unas preguntas sobre la academia. Primero de todo, sabemos que vuestro eslogan es “somos únicos, buscamos la diferencia.” ¿Qué significado tiene para vosotros?, ¿qué tratáis de expresar?

KIKO.- Bueno... (se toma unos segundos para pensar). Nosotros lo que intentamos es formar a la gente, no solamente en el ámbito del teatro, sino en todo lo que abarca la interpretación: teatro, cine, publicidad, doblaje… Yo creo que la diferencia reside ahí: que no estamos cerrados solamente a un tipo de interpretación sino que estamos abiertos a todo, abarcamos mucho más. Luego, aparte de eso, queremos que sea familiar; que la gente que venga a las clases se sienta como si estuviese en casa. Y no me llames de “usted”, por favor (se ríe).

C.- También nos hemos informado de que estáis empezando a hacer clases de interpretación con Marta Etura… ¿Nos podrías hablar de ese y otros proyectos futuros?

K.- Bueno, los proyectos son todos. Le tenemos ahora a Marta Etura, pero aparte de eso tenemos también otros cursos diferentes que no hacíamos hasta ahora. Por ejemplo, tenemos canto o musical, pero para doblaje. También estamos preparando un curso para hacer monólogos cómicos. Finalmente, os puedo hablar de los cursos que hemos estado haciendo hasta ahora: interpretación y doblaje.

C.- ¿Y cuándo empezaréis a impartir esos cursos?

K.- Preparados ya están. Sin embargo, pasa como con todo: al prepararlos y lanzarlos hay que esperar a ver la respuesta hay por parte del público. Así, según se forman los grupos, se van haciendo. El de Marta Etura, por ejemplo, comenzará a finales de este mes o el siguiente, ya que ya se está creando el grupo. En cuanto a ese curso, Marta quiere que la gente que venga sea profesional o amateur… por tanto, igual es un poco más difícil de organizar, ya que el rango es más reducido. No obstante, cuando las personas estén ya apuntadas, ya se podrá comenzar.

C.- ¿Nos podrías hablar sobre alguno de vuestros alumnos más “reconocidos” en el mundo del cine/teatro y tu relación con ellos?

K.- Te cuento… En este mundo llevo ya muchos años, te diría 35 o 40. Por tanto, la relación que haces con toda la gente que trabaja contigo codo con codo, sea famosa o no (que no indica que sean “buenos” o “malos”), se hace muy estrecha. De hecho, ex-alumnos de Binahi que hayan tenido más suerte en trabajar en proyectos conocidos hay bastantes. Relación mucha, pero como con todos los alumnos.

IRIA.- Ahora vamos a pasar a las siguientes preguntas, un poco más personales… Nos has dicho que llevas unos 35-40 años en este mundo, ¿por qué decidiste meterte en él?

K.- Desde muy pequeño ya sabía que quería ser actor. De hecho, en la misma ikastola, cada vez que había algún espectáculo yo era el primero en apuntarme a todo. Luego, en casa, también me pasaba todo el tiempo haciendo teatros… Si tenía alguna reunión familiar, siempre organizaba algo. Cuando yo tendría 20 años, me llegó la oportunidad de estudiar aquí, en Donosti, tras crearse una escuela de teatro oficial. Al apuntarme ahí entré directamente en este mundo, hasta ahora. Comencé haciendo teatro, luego pasé a un curso de doblaje, me llamaron para hacer varios programas de televisión infantil… De todas formas, la mayoría del tiempo he trabajado aquí. Me han llamado sobre todo para hacer papeles en euskera (para la EITB) pero también desde Madrid.

I.- ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo, lo que más te ilusiona y motiva?

K.- Lo que es la parte de la interpretación… Todo es bonito. Desde el primer momento en el que entras en un personaje que no eres tú, estás creando una vida, entonces eso te ilusiona a seguir adelante con ese trabajo. Por ejemplo, en cuanto al teatro, lo bonito que tiene es lo directo que es con el público; es decir, que lo que estás creando lo estás formando en ese mismo momento. El cine y la televisión son más preparados: si tienes un papel de un personaje, aprendes a hacerlo siguiendo una línea, y al final es como si estuviese dentro de ti. Por último, en cuanto al doblaje, estás continuamente cambiando de personaje; y, al final, te lo crees. Estás continuamente creando, y eso te hace estar activo; eso me gusta.

I.- ¿Qué es lo que quieres que se quede en los alumnos cuando se vayan de la academia?

K.- Lo primero que amen la interpretación, que se sientan a gusto… Más o menos hacerles sentir lo que yo he sentido. La ilusión en la interpretación no se pierde nunca; cuando tienes un proyecto nuevo ya es una nueva ilusión, por ejemplo. Que no la pierdan nunca.

I.- ¿Has formado parte de alguna película o serie, aunque no haya sido muy reconocida?

K.- Yo empecé con un teatro más amateur cuando estaba en la escuela, y de ahí pasé a hacer doblaje; de hecho, mi vida ha estado más ligada al doblaje que a lo que es el cine o televisión. Cuando estaba haciendo doblaje me llamaron para hacer un papel en una serie que se llama “Goenkale”, que vosotras igual no conoceréis, pero que ha estado en emisión 22-23 años de los que yo estuve 18; por tanto, el personaje ya era prácticamente parte de mí. Además, había otra serie en Madrid, “Hospital Central”, de la que también formé parte en unos 9 capítulos y más tarde en otros 5… He ido haciendo cosas sueltas. Luego, en cuanto al teatro, he estado haciendo bastantes obras pequeñas de las cuales la que más éxito ha tenido ha sido “Por los Pelos”. Hemos estado viajando por toda España con esa obra… Por último, dar clases también me llena mucho.

I.- Para terminar con las preguntas personales… Ahora mismo, si te ofrecieran formar parte de algún proyecto ambicioso, ¿dejarías de dar clases de interpretación para dedicarte a ello?

K.- Bueno, eso es muy difícil… (se ríe) Va según lo que te ofrezcan. Ya me han ofrecido algunas cosas para hacer teatro y he dicho que no, porque al fin y al cabo me quitan mucho tiempo. Tendría que reconstruir toda mi vida otra vez para ello. Si el proyecto es bonito y me gusta, no creo que fuese a dejar las clases en Binahi, sino que haría una transición; un par de meses o así. Yo creo que se podrían combinar ambas cosas.

C.- Así que podemos concluir que lo que te gusta del teatro es esa ilusión, el dar las clases, la actividad…

K.- Sí, sí… Las clases, aparte de gustarme lo que hago (que me lo paso muy bien y me río mucho), me gusta prepararlas. Lo que pasa es que el problema que tenemos siempre es que preparo una clase y aparecen menos alumnos que los que tenía pensado… Así que todo lo que tenía preparado ya no me sirve; es como un rompecabezas constante que te hace estar ahí, pendiente de todo. Pero lo que más me llena es ver la evolución de los alumnos. Eso es lo que más me gusta.

C.- Aunque resulte un tema repetitivo… ¿Cuáles son las diferencias más notables que habéis notado en lo que es la crisis del COVID-19?

K.- Bueno… Me imagino que como todo el mundo. Nosotros cuando estuvimos con el COVID estuvimos en casa, confinados, y sobre todo con los más pequeños hicimos clases online. Lo hacíamos, más que nada, para que no perdiesen la ilusión, porque al fin y al cabo todos los alumnos de Binahi son como una familia. Sobre todo los niños… Ellos son como algo “tuyo”. Luego, aparte, también era para tener a los niños un poco ocupados y ayudar a la familia. Una vez que hemos empezado otra vez a trabajar, yo creo que la gente ha venido con más ganas… He notado que el confinamiento ha hecho que la gente se plantee que en la vida hay cosas más importantes; no solamente estudiar o trabajar. Yo creo que el teatro es muy importante para toda esa gente: les da vida. En parte, el confinamiento ha venido bien para un “después”.

I.- Ya, para terminar, ¿crees que Binahi ayuda a las personas a lidiar con todos sus sentimientos?

K.- Binahi no sé, pero la interpretación sí. Yo siempre he dicho que los alumnos que vienen a Binahi, sobre todo la gente de vuestra edad, es gente muy especial. Es gente que tiene otra sensibilidad… Una parte muy importante de la sociedad. Yo creo que ven la vida desde otra perspectiva. De hecho, hemos tenido chavales con muchos problemas que luego los padres nos han llamado dándonos las gracias; gente que tal vez sea muy cerrada, o les hagan bullying en los colegios… Y, aquí, se han sentido libres. Pero no creo que sea solamente por Binahi, sino por la interpretación y por toda la gente empática que viene a clase. Sabemos que todos somos diferentes, y yo creo que esos estudiantes lo sienten de verdad. Se sienten muy bien.