Más que un festival

Cada otoño, en el Teatro Principal de San Sebastián, la última semana de octubre, se lleva a cabo el famoso Festival de cine fantástico y de terror, donde las mejores películas del género de terror, a nivel mundial, son transmitidas a un público, tanto fanático como curioso de este Festival.

Cultura. Gabriel Martínez. Leer+

Su equipo directivo lucha por sacarlo adelante, año tras año, desde 1994. A pesar de las dificultades y su cambio de rumbo , que dejó de ser trabajo de José Luis Rebordinos y acabó en las manos de Josemi Beltrán, cada año ha sido un nuevo éxito. Se han llegado a proyectar películas tales como “Saw” y “Trauma”, que llevan el terror a tal nivel que han sido prohibidos en otros países. Además, han pasado por este festival iconos nacionales como Ernesto Sevilla, Santiago Segura e Itziar Castro, entre otros.

La esencia de este festival es lo que lo hace único respecto a otros. Beltrán da un giro de 180 grados a la imagen establecida de festival convencional de cine, rompiendo los esquemas y superando las expectativas de cualquiera. El ambiente que se respira, tanto en el patio de butacas como en el escenario es totalmente distinto e informal. Da lugar a una sensación de camaradería, de estar disfrutando entre amigos de una película, aunque todo aquel en la sala solo se conozca de un par de horas. Los gritos, comentarios e insultos hechos durante las películas por desconcertante que parezca, forman parte de esta esencia anteriormente comentada. De hecho, el permanecer inmóvil durante la película sin decir palabra es algo que no encaja en este festival. No es la simple proyección, es el sentido de la involucración que se despierta en la audiencia ante la película. Además, un elemento que nunca falla y que caracteriza aún más el ambiente de este evento, es el libre consumo de alcohol en la sala.

Son diversos los perfiles que podemos encontrar en este festival. Como en cualquier otro, el elemento primordial son los espectadores, encontrando verdaderos fanáticos y vividores del terror o meros curiosos, con ganas de disfrutar de una experiencia única. También encontramos críticos, tanto unos pocos profesionales como los que no lo son tanto. Todo aquel que asiste tiene la oportunidad de manifestar su opinión de cualquier forma, bien sea interactuando desde las mismas butacas, o participando en la posterior votación, que ordena las películas siguiendo las valoraciones del público. Este año la más aclamada por el público ha sido “One cut of dead”, el año pasado fue “Errementari” y hace dos “Train to Busan”.

Anualmente se renueva el abanico de películas y cortometrajes, traídos de diferentes países y continentes a este festival de San Sebastián.

Desde largometrajes latinoamericanos hasta cortometrajes japoneses, pasando por producciones propias de Hollywood, el festival tiene una gran variedad. Este año han abundado producciones orientales, aunque no han quedado indiferentes las americanas y europeas.

Debido a que el aforo no es muy extenso y el interés siempre es alto, las entradas se agotan en cuestión de horas. No han sido escasas las ocasiones en las que encontramos colas de personas a las puertas de la taquilla para conseguir entradas, incluso un día antes de su venta.

En esta 29º edición, nuestro equipo ha sido agraciado con la oportunidad de asistir a tres de las múltiples sesiones ofrecidas. Asistimos a la noche de apertura, a la sesión de Halloween y a la clausura. Fue la sorpresa de muchos el encontrar a cuatro jóvenes entre la multitud, ya que el público tiende a ser adulto. Aun así, vivimos la experiencia como cualquier otro. En total vimos 8 películas y 4 cortometrajes. Algunas no fueron de nuestro agrado, y tuvimos que hacer un esfuerzo por no caer rendidos. Otras sí que las disfrutamos. Pero, lo que realmente hizo de esta experiencia algo especial, fue este ambiente ya comentado, generado gracias a los ingeniosos comentarios del público, que despertaban carcajadas constantemente.

Entre el público se encontraban personas conocidas de esta industria y aprovechamos la oportunidad para hablar con ellos y compartir opiniones.

“He sido la novia del festival, cosa que me ha hecho mucha ilusión” nos comentaba Itziar Castro, imagen de esta edición y fiel seguidora del festival.

“Aunque no sea fan del género, me gusta mucho el ambiente” opina Miriam Cabeza, joven actriz donostiarra, que ha sido la presentadora a lo largo del festival este año.

“Lo que no entiendo es el premio que ha dado el público. Los primeros 7 minutos de la película fueron entretenidos, pero a partir de ahí se volvió un aburrimiento” nos dice Carlos Pumares, periodista y crítico de cine español.

Un festival único y diferente, que crea un experiencia inolvidable, que marca.